Centro Independiente de Informacion Nacional

jueves, 10 de julio de 2008

IFE, ¡aválame la consulta!

Una iniciativa ha colmado la discusión en torno a la reforma energética, la llamada "consulta popular". Esta herramienta, planteada desde el seno del movimiento lopezobradorista, pretende ser la panacea del movimiento nacional que lucha por la defensa del petróleo. Este planteamiento, al igual que muchos otros que han surgido directamente de la dirección de la Convención Nacional Democrática (CND), el Frente Amplio Progresista (FAP) y López Obrador, como el llamado "Gobierno Legítimo" y demás, nace con severas contradicciones.Lo más significativo de todo esto, es que el organismo que se encargará de vigilar el cumplimiento de la jornada de consulta, que la avalará y al cual decenas de "representantes populares" desde alcaldes hasta gobernadores del PRD encabezados por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México Marcelo Ebrard, han acudido a consultar para el desarrollo de la misma, fue una pieza primordial para la imposición de Felipe Calderón en la presidencia: el Instituto Federal Electoral (IFE).¿No Andrés Manuel López Obrador declaró en la CND, de manera contundente, ante una plaza desbordada por millones el 20 de noviembre de 2006, que las instituciones deberían irse al diablo? Incluso, sus asesores "marxistas", miembros y simpatizantes de la CND, saludaron esta posición reproduciéndola cuantas veces pudieron en los medios a su alcance.Este tipo de posiciones han resultado una constante por parte del "Gobierno Legítimo", en un reflejo claro de que las instituciones que mandaron al diablo siguen siendo su alternativa ante el descontento social que se viene gestando día con día. Desde la promoción de los amparos jurídicos ante los tribunales del Estado con la Ley del ISSSTE, hasta las solicitudes, iniciativas y controversias presentadas en el parlamento, el "Gobierno Legítimo" está diciendo a gritos que necesita de esas instituciones podridas porque éstas son las garantes de la gobernabilidad que el Estado necesita y al que ellos están incorporados; puesto que cualquier otra idea que trastoque los elementos esenciales del Estado, se estaría llevando de calle tanto al PRD como al conjunto de la dirección del movimiento lopezobradorista y sus estructuras como la CND.Una consulta avalada por el organismo que garantizó el robo de la elección del 2006 representa una burla para el movimiento que dicen representar. Las críticas de los miembros de base de la CND, como la resistencia civil y pacífica, no se ha hecho esperar; algunos hasta hablan de engaños y "chamaqueadas" por parte de la dirección del FAP.Realizar tanto una consulta y un debate popular sobre el tema de los energéticos son un ejercicio, a nuestro parecer, correctos; lo incorrecto es pensar tan siquiera en que los actores que tienen al país, a la clase trabajadora, a los campesinos y a los sectores populares en las actuales condiciones, sean los que le den el visto bueno e instrumenten una política en función de estos reclamos populares. Debería darles vergüenza a estos que dicen ser "representantes de los pobres de México", tan siquiera pensar en semejante tontería para evitar llamar de manera decisiva a las calles a esos millones de seguidores para hacer valer su voz.La CND se dice heredera del espíritu de 1938, momento histórico en el que se llevó a cabo la nacionalización petrolera. Y no se equivoca, puesto que si es por retomar a Lázaro Cárdenas, este sólo legalizó institucionalmente lo que los trabajadores ya estaban haciendo en las calles y en la industria petrolera a manos de las empresas estadounidenses; pero el verdadero espíritu del '38 recae en el pueblo organizado al lado de la clase trabajadora que tomó los centros de trabajo y peleó en las calles por los recursos naturales estratégicos que estaban en manos del imperialismo. Ese es el ingrediente ausente en la política lopezobradorista: un programa con el cual salir a las calles que reorganice a la dispersa clase trabajadora que participa de sus movilizaciones, definiendo un carácter anticapitalista en torno a un asunto tan importante para todos en este país.En este sentido, es que el Grupo de Acción Revolucionaria hemos planteado que no basta decir que PEMEX no se privatiza, que se defiende; que debemos salir y pelear en las calles con los elementos programáticos que aún no se han planteado y que nos van a permitir colocarnos a la ofensiva ante la embestida privatizadora de los fanáticos neoliberales calderonistas que siguen las instrucciones de Washington: renacionalización total y sin pago de la industria energética, ya que hasta ahora cerca del 50% se encuentra en manos de 200 empresas extranjeras. Una expropiación total sin que vean un solo peso, a los pulpos energéticos que han operado a diestra y siniestra en el territorio nacional, fortaleciéndose con los recursos del pueblo trabajador. No basta decir que no debe de haber privatización, sino que hay que denunciar y reconocer que ésta se ha desarrollado de manera furtiva, avalada por todos los colores del parlamento desde hace mucho tiempo; además, esta industria tan estratégica debe estar en manos de quienes la conocen y saben de ella, los obreros. Por eso es tan importante la participación organizada de los obreros de PEMEX, del sindicato petrolero, que Andrés Manuel López Obrador sabe que participan de su movimiento, pero que se niega rotundamente a llamar para reorganizar al sindicato y luchar contra la dirección pro patronal que ha convertido a este en una herramienta del Estado burgués y recuperarlo para la lucha.No existe en el movimiento actual en "Defensa del Petróleo", posiciones en este sentido, lo cual es obvio por el tipo de propuestas que se están manejando desde la dirección de ese movimiento.Cualquier otra iniciativa que pretenda darle vida a las instituciones podridas del Estado y tapar la realidad en la que se encuentra la industria energética de nuestro país en pro de una asociación estratégica en esta materia con el capital nacional, como diría AMLO en sus "cincuenta puntos", llevaría a colocarnos en la misma situación. No es salida para los trabajadores escoger entre intereses, posiciones o planteamientos de recomposición capitalistas.El debate y la consulta popular son iniciativas que deben encontrar un respaldo en un proceso de movilización, agitación y lucha en las calles con un programa anticapitalista, de la mano con las herramientas históricas de los trabajadores como la huelga nacional, para sentar las bases de un verdadero proceso de transformación radical de la sociedad y echar abajo las iniciativas de los acólitos de Washington. En esto, está su real legitimación.
-- ¡Luchar y Vencer!Lutar e Vencer!Lluitar i Vèncer!Combattre et Vaincre!Kämpfen und Besiegen!Vechten en Overwinnen!Воевать и Выиграть! Jarraitu eta Garaitu!
Grupo de Acción Revolucionariahttp://www.grupodeaccionrevolucionaria.cjb.net

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