Centro Independiente de Informacion Nacional

domingo, 23 de agosto de 2009

ACTEAL- NO LA OLVIDAMOS, NI LA OLVIDAREMOS JAMAS.

ANTECEDENTES:




A finales del 2006, Héctor Aguilar Camín, Ricardo Raphael de la Madrid, la división de estudios jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la agrupación política nacional Alternativa Ciudadana 21, “se encargaron de la defensa legal y mediática de varios paramilitares enjuiciados como responsables materiales del multihomicidio de 45 indígenas tzotziles de la sociedad civil Las Abejas”, dice Carlos Fazio en su artículo “La subversión de la historia”.

http://www.jornada.unam.mx/2007/12/31/index.php?section=opinion&article=016a1pol




El CIDE, organismo público dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), destinó 551 mil 560 pesos a la defensa de los inculpados. “Del total de recursos, el CIDE aportó 239 mil 679.86 pesos de sus fondos, lo que representa 43.4 por ciento del monto; mientras que la Hewlett Foundation entregó 266 mil 880.16 pesos, es decir, 48.3 por ciento, y el Open Society Institute –fundado por el empresario George Soros–, otros 45 mil pesos, 8.6 por ciento de los gastos”.



http://www.jornada.unam.mx/2009/08/19/index.php?section=politica&article=011n1pol







Parte del texto “Recordar Acteal”, por Carlos Montemayor: “A las 10:30 de la mañana se encontraban de rodillas, rezando, en la ermita de Acteal, cuando comenzaron a oír disparos. Se aproximó al lugar el contingente agresor que portaba armas de alto calibre, uniformes color negro y pasamontañas. Eran individuos de las comunidades de Los Chorros, Puebla, Chimix, Quextic, Pechiquil y Canolal, que se habían transportado en camiones de los conocidos como de tres toneladas. Comenzaron a disparar, a mansalva, por la espalda, contra los desplazados que rezaban; al huir, la gente iba cayendo en el camino y en la barranca. Durante seis horas el contingente paramilitar disparó y ultimó a varias decenas de víctimas”.


http://www.jornada.unam.mx/2007/12/17/index.php?section=opinion&article=010a1pol







Los individuos principales que promovieron la contrainsurgencia y la formación de los grupos paramilitares en Chiapas, ordenaron el crimen o no hicieron nada para detenerlo, cubrieron los crímenes y siguen con el encubrimiento. Son el presidente Ernesto Zedillo, el gobernador de Chiapas José Ruiz Ferro y su sucesor Roberto “Croquetas” Albores Guillen; el Secretario de Gobernación Emilio Chuayffett y su sucesor Francisco Labastida Ochoa; el General de la Séptima Región Mario Renán Castillo; el Procurador de la República Jorge Madrazo Cuéllar; la jefa de la Comisión Nacional de Derechos Humanos Mireille Roccatti; los supuestos negociadores para la paz Marco Antonio Bernal y Gustavo Iruegas; el doctor Juan Ramón de la Fuente, y Héctor Aguilar Camín.

El comandante de la Dirección General de Seguridad Pública del estado Felipe Vázquez Espinoza. El secretario de gobierno del estado de Chiapas Homero Tovilla Cristiani. El subsecretario de gobierno Uriel Jarquín Gálvez, para empezar.






También está claro que la estrategia no sólo corresponde a los intereses del poder en México, sino a los intereses de Washington.

Según el investigador Darin Wood, el General de la Séptima Región Mario Renán Castillo fue entrenado en la Escuela de Guerra del Fuerte Bragg, Carolina del Norte, “también la sede del séptimo Grupo de Fuerzas Especiales, los boinas verdes encargados de actuar en América Latina”. Wood menciona que se editó en el Fuerte Bragg para las Fuerzas Especiales “el Manual de campo 31-20-3: defensa interna extranjera, tácticas, técnicas y procedimientos para fuerzas especiales, con fecha de publicación 20 de septiembre de 1994. El manual contiene un anexo de 19 páginas acerca de cómo formar paramilitares, o “fuerzas de autodefensa civil”, en acciones de contrainsurgencia”.


http://www.jornada.unam.mx/2002/11/02/017a1pol.php?origen=opinion.html







En el mismo artículo Wood señala que el general de brigada José Rubén Rivas Peña, por otro lado, recibió su entrenamiento en la Escuela de las Américas, establecida en Panamá en 1946, y luego trasladada al Fuerte Benning, Georgia en 1984. (La escuela ahora se llama el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación de Seguridad.) Otros militares mexicanos entrenados ahí incluyen el general Juan López Ortiz, encargado de combatir al EZLN en Ocosingo, en enero de 1994; el general Gastón Menchaca Arias, comandante de la 31 Zona Militar en Rancho Nuevo, Chiapas; el general Miguel Leyva García al mando del 83 Batallón de Infantería de la misma Zona Militar; el general Harold H. Rabling, especialista en operaciones de guerra irregular; el general de brigada Carmelo Terón Montero especialista en inteligencia militar; el general José Luis López Ruvalcaba, comandante de la Base de Operaciones Mixtas de la Séptima Región Militar en Chiapas; y general Enrique Alonso Garrido, comandante de la Batallón de Infantería 83 en Rancho Nuevo en 1994.


http://www.jornada.unam.mx/2002/11/02/017a1pol.php?origen=opinion.html







El texto de Montemayor que se refiere a un documento militar revelado por el periodista Carlos Marín en la revista Proceso el 5 de enero de 1998 elaborado durante el régimen de Ernesto Zedillo en 1994. La primera parte es un estudio diagnóstico firmado por el general de brigada José Rubén Rivas Peña; la segunda, un análisis de “los contingentes, localización y opciones militares y políticas del EZLN” y la tercera, un “plan de guerra del Ejército en Chiapas”. Un apartado sobre el “Asesoramiento para grupos paramilitares…describe actividades del Ejército en el adiestramiento y apoyo de las fuerzas de autodefensa y otras organizaciones paramilitares, lo cual puede ser el principio fundamental de la movilización para las operaciones militares y de desarrollo… En caso de no existir fuerzas de autodefensa civil, es necesario crearlas”.


http://www.jornada.unam.mx/2007/12/17/index.php?section=opinion&article=010a1pol







La estrategia de contrainsurgencia se confirma en el informe de Kate Doyle del Archivo de Seguridad Nacional en Washington sobre los documentos desclasificados de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos. Dice Doyle que estos documentos contradicen el Libro Blanco preparado por el procurador general Jorge Madrazo en 1998, en el cual el gobierno afirma que “la Procuraduría de la República ha documentado la existencia de grupos civiles armados en el municipio de Chenalhó, no organizados, articulados, entrenados ni financiados por el Ejército Mexicano ni por otras instancias gubernamentales, sino que su gestación y organización responde a una lógica interna determinada por la confrontación, entre las comunidades y dentro de las comunidades, con las bases de apoyo zapatistas.” (pág. 32, énfasis agregado).

“En un telegrama enviado a la sede de la DIA en Washington el 4 de mayo de 1999, la Oficina del Agregado de Defensa de Estados Unidos en México señala el ‘apoyo directo’ del Ejército a grupos armados en las áreas montañosas de Chiapas, donde tuvieron lugar las matanzas. El documento describe una red clandestina de ‘equipos humanos de inteligencia’ creados a mediados de 1994 con la aprobación del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, que trabajaban dentro de las comunidades indígenas para recabar información de inteligencia sobre los ‘simpatizantes’ zapatistas. A fin de promover a los grupos armados anti zapatistas, los equipos daban ‘entrenamiento y protección contra los arrestos por parte de las agencias del cumplimiento de la ley y unidades militares que patrullan la región’”.

“La información fue compilada por los representantes de la agencia en México, funcionarios del agregado de defensa cuya tarea principal es recabar inteligencia sobre las fuerzas armadas mexicanas y enviarla a la sede en Washington para su análisis. Este análisis es utilizado luego por el gobierno a fin de ayudar a elaborar políticas de seguridad nacional en México. La agencia es los ojos y oídos del secretario de defensa de EU en el exterior: piense en ella como en la CIA del Pentágono”.

“Así, la “lógica interna” resulta ser de la Sedena, en la forma de una estrategia de contrainsurgencia cuidadosamente planeada que combinó programas de acción cívica —frecuentemente anunciados por la Secretaría de Defensa en declaraciones a la prensa— con operaciones de inteligencia secreta diseñadas para fortalecer a los paramilitares y provocar el conflicto en contra de los partidarios del EZLN”.



http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB283/index2.htm

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